Sé que suena raro, pero desde muy
pequeñito, lo que más me ha gustado siempre son los coches... y los
coches corriendo rápido. No encaja mucho este planteamiento en una
conciencia ecológica como la mía...
El primer recuerdo que tengo fechado es
de aquella carrera en la que McLaren paró a un jovencísimo Prost
para que Lauda se pudiera despedir a lo grande siendo campeón del
mundo. Y lloré como un niño de seis años.... tal vez porque eran
los que tenía.
La siguiente temporada la vi entera y
la siguiente, y la siguiente... y así hasta hoy. Con esta, serán 30
las temporadas que lleve siguiendo con pasión cada carrera. Aunque
mucha gente siga sin entender que me levante un domingo antes de la
siete de la mañana para estar dos horas delante de la tele.
A todos ellos, les digo que mi madre
tampoco entendía que con seis, siete, ocho años... me levantara los
sábados y los domingos de madrugada sin tener que poner ningún
despertador y aguantase dos horas con los ojos como platos delante de
la televisión, sobre todo porque levantarme un día de clase me
llevaba casi media hora.
Han pasado los años y Prost pasó a
Ferrari y yo me hice ferrarista. Se retiró y yo pasé a seguir a
otro joven, que prometía y que no llegaría a nada: Jean Alesi. Y
tras él, al más grande de todos los tiempos. Aquel que logró que
ser ferrarista volviera a estar de moda en el gran circo. Hoy sigue
entre la vida y la muerte y puede que no vea el resultado de aquello
por lo que luchó durante tres años, tal vez, vuelva este año a
lograr hacer un coche junto a Ross Brawn que sea campeón del mundo y
que lo sea durante años.
Los test de pretemporada parecen
evidenciar que los motores Mercedes son los más rápidos, pero hoy,
tras las primeras pruebas medio en serio, los Ferrari y los Red Bull
demuestran que no están tan lejos.
A finales de diciembre sabremos si
alguien escondía sus cartas y si Schumacher puede ver concluido su
sueño de hacer un coche campeón de su país. Y también veremos si
la vuelta de Räikkönen ha sido para poner en aprietos a Alonso o si
lo hace para seguir tomando copas en las mejores fiestas. Y sobre
todo... sabremos si ese sueño nacido en España (aunque por
desgracia aún no nos visite) de hacer una competición de motor
ecológica funciona y en unos años la Formula 1 se convierte en
Fórmula E, y así cuadra más que me apasione...
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